Desapégate del resultado, en nuestra vida cotidiana a menudo nos obsesionamos con el resultado de nuestras acciones queremos el trabajo perfecto, una relación ideal o una meta alcanzada sin fallos; sin embargo, el problema de este enfoque es que puede llevarnos a una gran frustración, dedicar mucho tiempo a la preocupación de lo que podría salir mal, nos hace olvidar y disfrutar del proceso mismo. Imagina que estás corriendo una maratón, si solo te enfocas en la meta podrías perder la belleza del recorrido, el ambiente, la compañía de otros corredores e incluso el crecimiento personal que experimentas en el camino.
Así que, ¿Qué pasaría si comenzaras a ver el viaje en lugar de solo el destino? El resultado de nuestras acciones no siempre está bajo nuestro control, lo que sí podemos controlar es nuestro esfuerzo, nuestra actitud y cómo elegimos reaccionar ante cualquier situación.
Por ejemplo, si estás trabajando en un proyecto en lugar de obsesionarte con la aprobación final o el éxito que esperas alcanzar, concéntrate en hacer tu mejor trabajo y disfrutar del proceso creativo.
Cuando dejas de lado la necesidad de un resultado específico, te das la libertad de explorar experimentar y aprender sin miedo al fracaso, y aquí va un truco, al hacerlo a menudo terminas logrando resultados aún mejores de los que imaginabas, la verdadera magia ocurre cuando dejas de lado la presión y permites que las cosas fluyan.
Además, desapegarte del resultado te permite ser más fuerte ante las decepciones, si pones todo tu valor personal en un resultado específico y no lo logras es fácil caer en la autocrítica y la desmotivación, pero cuando aprendes a valorar el esfuerzo y el aprendizaje por encima del resultado final, puedes enfrentar esos reveses con una mentalidad más positiva, te conviertes en alguien que ve cada experiencia, ya sea un éxito o un fracaso, como una oportunidad para crecer.
Así que la próxima vez que te encuentres ansioso por un resultado recuerda que el verdadero logro está en el camino no solo en la meta al final del día, lo que realmente importa es lo que aprendes y quién te conviertes a lo largo del viaje.