Vive el momento presente, este es un concepto que parece sencillo pero que muchos de nosotros olvidamos en medio del ajetreo diario. Cuántas veces te has encontrado atrapado en pensamientos sobre el pasado, recordando errores o añorando tiempos mejores o; por el contrario, preocupándote por el futuro y lo que podría salir mal. Esta constante distracción nos roba la belleza de lo que está sucediendo, aquí y ahora. El presente es el único momento que realmente poseemos, imagina que estás disfrutando de una comida deliciosa, pero en lugar de saborearla estás pensando en la lista de tareas que te espera, qué desperdicio no valorar esa comida.
Así que, ¿Qué pasaría si te permitieras realmente disfrutar de esos momentos simples, dejando de lado las preocupaciones? Cuando vives en el presente, cada experiencia se vuelve más rica y significativa. Piensa en un atardecer, si estás presente puedes apreciar los colores brillantes, sentir la brisa suave y escuchar los sonidos de la naturaleza de tu alrededor; pero si tu mente está ocupada en otros pensamientos te pierdes esa belleza.
La práctica de la atención plena o mindfulness, puede ser una gran aliada en este camino. Se trata de centrarte en lo que estás haciendo, ya sea lavar los platos, caminar por el parque o simplemente conversar con un amigo, cada una de estas actividades puede convertirse en una experiencia enriquecedora cuando decides sumergir en el momento y aquí va un secreto, cuanto más presente estemos, más felices nos sentimos, además vivir en el presente te ayuda a gestionar el estrés y la ansiedad, cuando te anclas al ahora te das cuenta de que muchas de tus preocupaciones son sobre cosas que aún no han sucedido o que no puedes cambiar. Este enfoque te permite reducir la sobrecarga mental y disfrutar más de la vida.
Así que la próxima vez que sientas que la ansiedad te envuelve respira hondo y pregúntate ¿Qué estoy sintiendo en este momento? esto te ayudará a reconectar con el aquí y el ahora.
Recuerda que la vida es un viaje no un destino, y cada momento cuenta, al final lo que realmente importa son las memorias que creamos en este preciso instante.